Leonardo da Vinci, Sandro Botticelli y Rembrandt podrían haber utilizado proteínas, especialmente yema de huevo, en sus pinturas al óleo, según declaró un nuevo estudio.
Investigadores del Instituto Tecnológico de Karlsruhe han descubierto que utilizar la yema permite superar los problemas de humedad, arrugas en la superficie y amarillamiento, según explican en un artículo publicado en la revista Nature Communications.
“Existen muy pocas fuentes escritas al respecto y no se había realizado antes ningún trabajo científico que investigara el tema con tanta profundidad“, afirma la autora del estudio, Ophélie Ranquet.
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El nuevo estudio, publicado este martes, concluye que la inclusión del ingrediente fue probablemente intencional, y arroja luz sobre los conocimientos técnicos de da Vinci y los “antiguos maestros”.
Los científicos dicen que estos hallazgos pueden ayudar en la conservación y preservación de las obras de arte creadas durante el Renacimiento italiano.
Esto porque cuando las proteínas del huevo forman una capa delgada alrededor de las partículas de pigmento (color), suprimen la absorción de agua de los ambientes húmedos.
“Nuestros resultados muestran que, incluso con una cantidad muy pequeña de yema de huevo, se puede conseguir un cambio asombroso de las propiedades de la pintura al óleo, lo que demuestra cómo podría haber sido beneficioso para los artistas“, declaró Ranquet.
“Por ejemplo, mostrando el envejecimiento de forma diferente: la pintura tarda más en oxidarse, debido a los antioxidantes que contiene la yema”, explica la autora.
“La pintura al óleo empieza a secarse de la superficie hacia abajo, por eso se arruga“, explica Ranquet.
Una de las razones de las arrugas puede ser una cantidad insuficiente de pigmentos en la pintura, y el estudio demostró que este efecto podía evitarse con la adición de yema de huevo.
Por Redacción
Editor: Juan Pablo Fernández


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