
El Papa Francisco aseguró que no rechazar la vacuna contra la Covid-19, es lo mismo que un acto suicida.
Francisco, de 85 años, condenó cómo la gente deja influenciarse por información sin base sobre el coronavirus y que rechace la vacuna, una de las formas más efectivas para salvar vidas.
Por ello, instó a los católicos a vacunarse contra el coronavirus, ya que cuidar la salud es una “obligación moral”, esto en un discurso ante embajadores acreditados en la Santa Sede.
Se trata de un acto anual en el que analiza la situación internacional y marca los objetivos de política exterior del Vaticano para el resto del año.
Lamentó que, cada vez más, las divisiones ideológicas disuadieran a la gente de vacunarse.
“A menudo la gente se deja influenciar por la ideología del momento, a menudo reforzada por información sin base o hechos poco documentados”, dijo.
Y agregó: “Las vacunas no son medios mágicos de curación, pero sin duda representan, junto con otros tratamientos que deben desarrollarse, la solución más razonable para la prevención de la enfermedad”.
Francisco reiteró su petición de acceso universal a las dosis, especialmente en partes del mundo con bajas tasas de vacunación, y pidió revisar las normas de patentes para que los países más pobres pudieran desarrollar sus propias vacunas.
“Es apropiado que las instituciones como la Organización Mundial del Comercio y la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual adapten sus instrumentos legales para que las normas monopolísticas no se conviertan en obstáculos adicionales a la producción y a un acceso consistente y organizado a la atención sanitaria a nivel global”, dijo.
Por Redacción
Editor: Iván Betancourt
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