Luego de permanecer más de un mes instalado en el Paseo Bravo, Mircea Gabriel, mejor conocido como el “quita dolores”, se mudó este día a la zona del parque Juárez, donde reanudó sus actividades de sanación atendiendo principalmente a personas de la tercera edad que llegan a verlo.
Al acudir este medio a la zona para conversar con los asistentes, se pudieron escuchar diversas opiniones. Algunos confían plenamente en su método de sanación; otros, aunque han consultado a profesionales sin obtener resultados, deciden darle una oportunidad; mientras que algunos, a pesar de contar con seguro médico o poder pagar servicios de salud, optan por buscar la opinión del sanador rumano.
Doña Margarita es una de sus pacientes. Ella sufre de un dolor en las rodillas que no ha podido aliviar a pesar de haber acudido a expertos. Sin seguro social y con hijos que ya no pueden costear consultas médicas debido a sus propias responsabilidades, decidió acudir con el “quita dolores” para intentar mitigar su malestar.
“Me dijeron muchas personas que sí ayuda. Ya gasté mucho con doctores y no me dan cita para operarme… uno de mis hijos me dijo que fuera a verlo, a ver si Dios me ayuda y me quita el dolor. Con fe, a lo mejor sí me lo quita”, comentó.
Por su parte, doña Cristina acude mensualmente al centro de salud, donde recibe atención médica y medicamento para su dolor de rodillas. Sin embargo, al enterarse del “quita dolores”, decidió probar si su energía podría aliviar su padecimiento que la aqueja desde hace tiempo.
“Voy al centro de salud cada mes, tengo mi cita y me atiende el médico, quien me da mi medicamento”, señaló.
El “quita dolores” no concede entrevistas y sólo permite que se observe su trabajo. No obstante, sus seguidores informaron que están en proceso de abrir un local para ofrecer un mejor servicio y recibir a más personas, ya que actualmente puede atender a casi 50 pacientes diarios.
Editor: César A. García
