Este 22 de febrero, inicia la Cuaresma con el signo de la ceniza, la cual evoca que somos mortales: “recuerda que eres polvo y al polvo has de volver”.
De acuerdo con la Arquidiócesis de Puebla, el objetivo es recordar que vamos a morir, para que nos motivemos a no tardar en cambiar de vida y volver a Dios.
El uso de la ceniza en la cabeza, como signo de penitencia, tiene origen bíblico, ya el libro de Judit 9,1 narra como ella hizo penitencia vistiendo ropas incómodas y poniéndose ceniza en la cabeza.
La penitencia se realiza como signo de humildad, para pedir perdón a Dios por los pecados o para suplicarle una gracia.
La ceniza se elabora quemando las palmas benditas del Domingo de Ramos del año pasado, además quemando estampas, misales y algunas vestiduras litúrgicas que ya no están en buen estado.
Posteriormente la ceniza se bendice y se pone a disposición de los fieles para que acudan al templo a recibirla.
Cualquier persona que está bien dispuesta a vivir el camino cuaresmal puede recibir el signo de la ceniza, así como cualquier persona la puede imponer a los demás fieles; también puede ser lleva a los enfermos a través un algún familiar.
Por: Redacción
Editor: Guillermo Leal

