El eterno chantaje

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Foto: Especial

En el Ayuntamiento de Puebla han identificado grupos afines a la oposición que estarían detrás de las provocaciones de vendedores ambulantes en el Corredor 5 de Mayo.

La fuerza pública tiene órdenes de aguantar las mentadas de madre y los jaloneos de los manifestantes, quienes intentan ganar legitimidad social acusando falsamente a los policías de actos de represión.

El alcalde Eduardo Rivera ha instruido a las secretarías de Gobernación y Seguridad Ciudadana a cerrar filas para impedir el regreso de los informales que ya fueron retirados en la primera etapa del reordenamiento comercial del centro, lo cual ha sido bien aceptado entre los poblanos.

Los ambulantes reclaman su derecho al trabajo, pero las organizaciones mayores que se han encargado de manipularlos durante décadas están dispuestos a tensar aún más la relación con el gobierno municipal.

La única certeza es que la 5 de Mayo que conecta a las laterales de la 8, 10 y 12 Poniente no está sujeta a negociación. Los ambulantes tendrán que conformarse con vender en tianguis instalados en el oriente y/o poniente de la ciudad.

¿Cómo respondieron los supuestos agraviados? Se levantaron de la mesa de negociación del miércoles pasado restando importancia al ofrecimiento del secretario de Gobernación, Jorge Cruz Lepe de explorar nuevas alternativas a las expuestas anteriormente.

Con el diálogo roto es posible que los ambulantes aumenten las protestas en los próximos días, pero la administración de Eduardo Rivera con el

respaldo de la Policía Estatal tendrá que resistir el embate porque si retrocede –aunque sea por descuido– enviaría un mensaje de tibieza y ambigüedad sobre sus decisiones de gobierno.

Si su destape a la gubernatura depende de la evaluación ciudadana tendrá que hacer hasta lo imposible para desactivar las manifestaciones, que fueron alimentadas por la visión populista de la ex alcaldesa Claudia Rivera que muchas veces defendió que el centro de la ciudad se convirtiera en tianguis.

¿Se acuerdan cuando afirmó que llamarlos ambulantes tenía un enfoque clasista? Desde ahí Claudia empezó a dar tumbos y extendió la orden de bajar los brazos a sus ineficientes titulares de Gobernación (René Sánchez Galindo y Catalina Pérez Osorio).

Fue tan grande el fracaso gubernamental de Rivera Vivanco en plena pandemia de Covid-19 que jamás pudo concretar la reactivación económica junto con el sector empresarial; en cambio, decidió tolerar el crecimiento del comercio ambulante en lugar de impulsar su adhesión a la formalidad.

Ahora que Lalo Rivera se juega la nominación de su partido, cada decisión u omisión serán determinantes en su futuro inmediato. El edil tendrá que irse con pies de plomo, pero sin demostrar signos de debilidad, ya que podría costarle hasta el plan B: Un probable intento de reelección.

Por Patricia Estrada