Hace 30 años, Luis Miguel Carvajal Juárez fue conductor de trenes en Ferrocarriles Nacionales de México, trabajo que tuvo que dejar a 15 años de su ingreso, pues lo jubilaron muy joven, cuando este sistema de transporte se privatizó, y entonces se convirtió en docente.
Es 7 de noviembre, Día del Ferrocarrilero y Luis Miguel viste como si siguiera en la cabina junto al maquinista decidiendo cómo manejar el tren, la ruta que debían seguir y evitar chocar con otros, al portar con orgullo una gorra de ferrocarrilero y un traje azul.
Ser conductor y manejar un tren no es lo mismo, aclara, un conductor es como un capitán en un barco, es el que lo administra, pero el que lo opera es el maquinista.
Luis Miguel tiene 54 años de edad, es originario de Tlaxcala y dice que prefería los trenes de carga que lidiar con los pasajeros problemáticos que no pagaban su boleto o que viajaban alcoholizados, los cuales disminuyeron hasta que hubo guardias del Ejército en cada tren.
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“Empecé en la oficina de carros y guías, pero a mí me llamó mucho la atención el ser conductor como mi abuelo, por eso fue que en su momento fui en el Departamento de Instrucción del Ferrocarril Mexicano de Nacionales de México, ahí fue donde aprendí derecho de trenes que era la forma como los trenes en la época de Nacionales de México se manejaban uno con otro, actualmente ya hay otro sistema que se llama CMB que es un poco más sencillo”, relata a esta casa editorial.
Ese sistema implementado por los franceses, afirma, sólo fallaba si no se seguían las instrucciones al pie de la letra, entonces ahí sí ocurría un accidente. Así era cómo se daban cuenta quién era “realmente conductor o maquinista”.
Su primer viaje lo recuerda perfectamente, fue con un tren de pasajeros que se llamaba Mérida, que se dirigía a este punto, pero cambiaba de tripulación al llegar a Córdoba, Veracruz, la cual también se modificaba en Coatzacoalcos hasta llegar a su destino que operaba Ferrocarriles Unidos del Sureste.
“En ese viaje tú podrías salir hoy de la Ciudad de México a las 18:30 y llegabas el viernes en la mañana a Mérida; eran tres cuatro días de viaje, dependiendo las demoras”, rememora.
Luis Miguel dice que le gustaría volver a regresar a la época en la que era conductor de trenes con Nacionales de México, pero sabe que se debe adaptar a lo nuevo, muy diferente a lo que vivió como ahora se maneja Ferromex.
Aunque se jubiló, no se alejó por completo de los trenes, ahora se dedica a formar a los futuros ingenieros ferroviarios. Luego de dejar ser conductor, incursionó en la docencia en la Ingeniería en logística y transporte de la Universidad Politécnica de Tlaxcala.
“Entonces, pues ya podían combinarlo la parte de la docencia a nivel superior con la parte de los trenes, estaba yo feliz, dije, bueno, pues aquí vamos a ver qué sale, ¿Qué sale? Gracias a eso, algo académico y todo esto, pues ahora conozco a diferentes personalidades de la industria ferroviaria, que también les gusta mucho esto y hemos podido hacer diferentes actividades para los ferrocarriles de cara a formar los futuros ingenieros ferroviarios todo eso y seguir preservando la cultura ferroviaria”, concluye.
Ahora es docente de la Universidad Autónoma de Tlaxcala del campus de Calpulalpan, en donde imparte la clase en la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública.
Por Guadalupe Juárez
Editora: Brenda Balderas
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