El gobierno chino presentó el mes pasado en una meseta tibetana lo que será el parque solar más grande del planeta una vez concluido. Con una extensión de 610 kilómetros cuadrados, equivalente al tamaño de la ciudad de Chicago, el proyecto simboliza la velocidad con la que el país está desplegando energía renovable.
Con aproximadamente dos tercios del terreno ya cubierto de paneles y la energía fluyendo desde las fases completadas, el proyecto avanza hacia su culminación. Contendrá más de 7 millones de paneles y generará energía suficiente para 5 millones de hogares.
Un estudio reciente revela que las emisiones de carbono de China disminuyeron un 1% en los primeros seis meses de 2025 en comparación con el año anterior, manteniendo una tendencia a la baja iniciada en marzo de 2024.
Según los analistas, es que el pico de emisiones del mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo podría haberse alcanzado antes del objetivo oficial de 2030. No obstante, para cumplir con su meta de neutralidad de carbono para 2060, el país necesita profundizar sus esfuerzos.
Lauri Myllyvirta, analista principal del Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio y autor del estudio, con sede en Finlandia, explicó que “las emisiones tendrían que caer 3% en promedio durante los próximos 35 años”.
En el gigante asiático, la demanda de electricidad creció un 3.7% en el primer semestre del año, pero el incremento en la generación de energía solar, eólica y nuclear superó holgadamente esa cifra.
Beijing instaló 212 gigavatios de capacidad solar solo en la primera mitad del año, una cifra que supera toda la capacidad solar que Estados Unidos tenía operativa a finales de 2024 (178 gigavatios). La energía solar ya supera a la hidroeléctrica y está a punto de convertirse en la mayor fuente de energía limpia del país, con 51 gigavatios de energía eólica añadidos en el mismo periodo.
