Israel lanzó un ataque masivo contra Irán la madrugada del 13 de junio de 2025, el cual tenía como objetivo principal la planta nuclear de Natanz y varias instalaciones militares en Teherán.
El ataque dejó muertos, entre ellos el general Hossein Salami, líder de la Guardia Revolucionaria, así como altos oficiales y científicos nucleares.
El primer ministro Benjamin Netanyahu justificó la operación como una acción preventiva para detener la amenaza nuclear iraní, que podría materializarse en meses. Afirmó que la campaña seguirá el tiempo necesario para eliminar el peligro.
Israel declaró un estado de emergencia y activó sirenas ante posibles represalias con misiles y drones. Se cerró el espacio aéreo de Irán e Israel, y el precio del petróleo subió.
Estados Unidos no participó en el ataque y pidió evitar represalias contra sus intereses en la región. Anteriormente, el gobierno de Trump había pedido a Israel esperar mientras se negociaba con Irán, pero Israel actuó por su cuenta.
Con este ataque, se busca detener el avance nuclear de Irán y fortalecer su seguridad nacional, mientras la región enfrenta un aumento significativo en las tensiones.
