La Corte Suprema de Estados Unidos informó que decidirá si bloquea o no la demanda de 10 mil millones de dólares presentada por México contra los principales fabricantes estadounidenses de armas.
El Gobierno de México acusa a los fabricantes de armas en Estados Unidos de que sus prácticas comerciales han contribuido a provocar gran parte del derramamiento de sangre en territorio mexicano.
Los fabricantes de armas solicitaron a los jueces que anularan un fallo del tribunal de apelaciones que permitió el avance de la demanda, a pesar de las amplias protecciones legales con las que cuenta la industria de las armas de fuego.
Desde entonces, un juez federal desestimó la mayor parte de la demanda por otros motivos legales, pero México podría apelar esa decisión.
El gobierno mexicano afirma que las empresas sabían que las armas se vendían a traficantes que las introducían de contrabando a México, y que decidieron aprovechar ese mercado.
Las autoridades mexicanas calculan que 70% de las armas traficadas a México provienen de Estados Unidos.
Entre los acusados están grandes fabricantes como Smith & Wesson, Beretta, Colt y Glock. Afirman que México no ha demostrado que la industria haya obrado intencionadamente para permitir que las armas sean usadas por los cárteles y que trata de “acosar” a los fabricantes para que adopten medidas de control de armas.