El papa Francisco criticó la decisión de Ucrania de ilegalizar la Iglesia ortodoxa rusa y pidió que “ninguna Iglesia cristiana sea abolida”.
Con la frase “las iglesias no se tocan” la autoridad de la Iglesia católica defendió la creencia de quienes decidan seguir con sus actividades religiosas y que no sean castigados por eso.
“Si alguien comete el mal contra su pueblo, será culpable por ello, pero no puede haber cometido el mal porque rezaba. Entonces, que a los que quieran rezar se les permita rezar en la que consideren su Iglesia. Por favor, que ninguna Iglesia cristiana sea abolida directa o indirectamente: las Iglesias no se tocan”, expresó el papa.
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El papa se opuso al proyecto de ley que fue aprobado en la capital ucraniana, en la que se da un aviso a parroquias, indicando que tienen nueve meses para romper lazos con la Iglesia ortodoxa rusa. En Moscú y otras ciudades de Rusia se despertaron reacciones de personas que apuntaban a una intención de “destruir la verdadera ortodoxia canónica“.
Hizo énfasis en “el dolor” que ha generado el conflicto entre Rusia y Ucrania, pero teme por la libertad de las personas que decidan rezar en Ucrania y las consecuencias que podría tener para ellas.
“Sigo con dolor los combates en Ucrania y en la Federación rusa, y pensando en las leyes aprobadas recientemente en Ucrania, temo por la libertad de los que rezan, porque los que rezan de verdad rezan siempre por todos. No se comete el mal porque se reza”, afirmó.
