La Secretaría de Salud de Puebla inició este jueves en Santiago Xalitzintla, junta auxiliar de San Nicolás de los Ranchos, el protocolo de investigación sobre las enfermedades relacionadas a la ceniza volcánica.
Así lo informó el titular de la dependencia, José Antonio Martínez García, quien comentó que en el ejercicio participan científicos tanto de los Servicios de Salud del Estado como de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
Destacó que el motivo del estudio es realizar políticas públicas en caso de que existan afectaciones graves crónicas derivado de la exposición a la ceniza del Popocatépetl, y de esta forma mejorar la salud de niños y adultos.
También puedes leer: César Antonio, joven que falleció en explosión de Cholula
De manera que se instaló un módulo en el que se realizaron espirometrias a los habitantes para conocer si su capacidad pulmonar es “buena” y de no ser así, remitirlos a las áreas médicas especializadas para su atención.
A la par se instalaron módulos para dar respuesta inmediata a los padecimientos que presenten los vecinos de Xalitzintla, quienes recientemente estuvieron expuestos a una alta cantidad de ceniza, pero dijo que atenderían cualquier enfermedad y de ser necesario se les brindará atención en los hospitales del Estado.
BUAP analizará composición de ceniza
Refirió que investigadores de la BUAP analizarán qué materiales contiene la ceniza del Popocatépetl para determinar cuáles pueden tener una repercusión en la salud, ya sea en la piel, ojos, vías respiratorias o en el tracto digestivo, pues también tomarán muestras del agua que toman los habitantes en las faldas del volcán, que dependiendo de los minerales podrían tener repercusión en hígado o riñones.
Cabe mencionar que dicho estudio para detectar posibles afectaciones crónicas, estados de fibrosis pulmonar, o de “volcanoconiosis” por la inhalación de ceniza se concluirá en alrededor de tres o cuatro meses y se aplicará en habitantes de Santa Cruz Coatomatitla, en Tochimilco; San Francisco Xochiteopan, en Atzitzihuacan; y de San Nicolás de los Ranchos.
Por Alejandra Olivera
Editora: Brenda Balderas
Te recomendamos
