El periodista ecuatoriano José Luis Calderón, conocido por su valiente cobertura del asalto de un grupo de hombres armados al canal TC Televisión de Guayaquil, durante una emisión en directo en enero pasado, decidió exiliarse debido al temor a la violencia en el país y la falta de garantías para ejercer su profesión.
Así lo informó la Fundación Andina para la Observación y Estudio de Medios (Fundamedios), que también integra la Mesa de Articulación para la Protección de Periodistas (MAPP), una instancia de la sociedad civil que se enfoca en proteger la libertad de prensa ante amenazas.
Calderón, quien sufre de estrés postraumático, explicó que su decisión de abandonar Ecuador se debe a los problemas de salud mental derivados del ataque al canal de televisión, que se saldó sin víctimas mortales, pero dejó a 13 detenidos.
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El pasado 9 de enero, varios individuos irrumpieron violentamente en el set principal de TC Televisión durante la transmisión en vivo de un programa. Los atacantes, encapuchados y armados con explosivos, golpearon a varios empleados e hirieron a uno de ellos. Calderón, que intentaba mediar, fue obligado a llevar explosivos en su ropa, según recordó Fundamedios.
Tras el incidente, el periodista se alejó de sus actividades laborales habituales debido al miedo y la inseguridad, y buscó mediar con su empleador. Sin embargo, la empresa de comunicación lo despidió por “ausencias injustificadas”, agregó Fundamedios.
Meses antes, Calderón había sufrido asaltos mientras realizaba coberturas informativas en la calle, sin sentir el respaldo del canal para ejercer su oficio, considerado de “alto riesgo” en un país como Ecuador, afectado por la violencia criminal.
La Mesa de Articulación para la Protección de Periodistas (MAPP) se solidarizó con Calderón ante los constantes ataques sufridos en sus 23 años de ejercicio profesional y llamó a las autoridades a garantizar un ambiente seguro para el periodismo ecuatoriano.
El 8 de enero pasado, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, decretó un estado de excepción a nivel nacional debido al aumento de la violencia en las cárceles, controladas por grupos de delincuencia organizada. Al día siguiente, ocurrió el asalto a TC Televisión, y Noboa declaró una situación de “conflicto armado interno”, identificando a 22 bandas criminales como “terroristas”.
Esta decisión permitió la intervención de las Fuerzas Armadas en la seguridad interna del país con el apoyo de la Policía. Aunque el estado de excepción concluyó el 7 de abril, el Gobierno declaró la persistencia del “conflicto armado interno” para mantener la participación militar en la seguridad.
Por Redacción
Editora: Mafer Montes
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