La Universidad Iberoamericana Puebla y el Programa Universitario en Migraciones expresan grave preocupación por las políticas antimigrantes recientes de Estados Unidos y México, que incrementan la vulnerabilidad de las personas migrantes internacionales, especialmente en el contexto del Día Mundial del Refugiado, el 20 de junio.
Desde el 6 de junio, las redadas migratorias en Los Ángeles, California, han sido precedidas por medidas hostiles hacia personas de Venezuela y estudiantes internacionales, exacerbando el sufrimiento de muchos.
Este aumento en las detenciones de indocumentados en Estados Unidos refleja una cruel estrategia mediática, que busca deslegitimar los proyectos de vida de quienes tienen estatus migratorio irregular. La criminalización y separación de familias se llevan a cabo sin el debido proceso, lo que contrasta con la ausencia de un debate legislativo serio que impulse una reforma migratoria justa y humanitaria.
La situación en México es igualmente preocupante. Las políticas del gobierno federal también van en contra de los estándares internacionales de derechos humanos, con maltratos continuos a quienes son deportados o se encuentran en tránsito irregular, enviados a lugares como Villahermosa, Tabasco, o Tapachula, Chiapas, en condiciones que limitan su regreso. Esto no solo crea riesgos, sino que impone costos adicionales a estas personas.
Por lo tanto, hacemos un llamado a que México y Estados Unidos abandonen sus enfoques migratorios basados en la disuasión y la seguridad nacional. Es fundamental adoptar una política migratoria que reconozca la dignidad de las personas migrantes, refugiadas y desplazadas, de acuerdo con los principios humanistas promovidos por el gobierno de México. Pedimos que ambas naciones sean garantes de derechos, respetando sus marcos constitucionales, tradiciones democráticas y compromisos con el bienestar de sus ciudadanos.
