
Aunque en el municipio de Juan C. Bonilla se tienen autorizados 27 títulos de concesión para uso de agua, en Huejotzingo hay 128 permisos, por lo que es necesario vincular los índices de extracción del líquido en ambas demarcaciones para en el análisis sobre la formación del socavón.
Así lo consideró Juan José Hernández López, director del Instituto para la Gestión, Administración y Vinculación Municipal (Igavim).
En una transmisión por Facebook, explicó que generalmente la formación de socavones está relacionada con la erosión del suelo y otras condiciones geológicas que derivan de la extracción del agua.
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Refirió que en Juan C. Bonilla hay 27 permisos de extracción de agua, el más grande corresponde a uso agrícola para la extracción de 342 mil metros cúbicos al año; y en noveno lugar se encuentra la embotelladora Arcoiris, ahora Bonanfont, a quien se autoriza la extracción de 105 mil metros cúbicos al año.
Sin embargo, en Huejotzingo hay 128 concesiones de agua, que incluyen a varias empresas, la de mayor volumen corresponde a una empresa de servicios que puede extraer un millón 88 mil metros cúbicos al año, mientras que el Sistema Operador de Agua de este municipio tiene autorizado un millón 31 mil metros cúbicos.
Construcciones también contribuyen a degradación del suelo
Explicó que en las fotografías satelitales se observa que fue en 2016 cuando comenzaron a construir viviendas y una planta industrial cerca de la zona donde se formó el hundimiento.
Lo anterior, pudo causar efectos negativos en el lugar, cuyo tipo de suelo tiene una permeabilidad “media”, lo cual lo hace factible para la agricultura, pero también para la degradación.
Añadió que la fractura geológica más cercana al lugar está a 19 kilómetros de distancia en línea recta y la corriente de agua superficial más próxima a menos de 500 metros.