Por Patricia Estrada
La naturaleza no tiene palabra de honor. El huracán Grace dejó un vacío en la vida de Adán Moreno, al morir su esposa y cinco de sus hijos sepultados por un alud en Xalapa, Veracruz.
En la calle Brisas del Río Sedeño cayó la tierra sobre la parte trasera de su humilde casa y enterró casi por completo a su familia; lo último que escuchó de su esposa antes del caos fue un “¡Que te vaya bien, te amo!”, según narró al periódico Milenio.
Con ayuda de sus vecinos logró rescatar al sexto de sus niños. Tremendo vacío para este hombre de 28 años, su hijo y su comunidad. Adán pagó un costo muy alto por vivir en esa zona vulnerable debido a sus bajos ingresos con la venta de fierro viejo.
Casi siempre que México es azotado por los fenómenos climatológicos hay luto. La fuerza del viento e intensidad de la lluvia pone en jaque los asentamientos humanos en cerros, laderas de ríos y barrancas. El problema central es que la marginación y pobreza ha incrementado la invasión de áreas peligrosas, de difícil acceso y sin servicios básicos.
Las tragedias se escriben año con año y cada vez serán peores porque el cambio climático ha acelerado los ritmos de la naturaleza. El Servicio Meteorológico Nacional pronosticó entre 14 y 20 ciclones en los océanos Pacífico y Atlántico en 2021, así que el país tendrá que prepararse para más inundaciones, damnificados, desaparecidos, muertos y pérdidas económicas.
Los rangos de alerta varían de acuerdo a la intensidad y cercanía de los ciclones tropicales pero a pesar de los avisos oficiales para resguardarse en los refugios, hay quienes prefieren correr el riesgo de quedarse en casa porque creen que han aprendido a mantenerse a salvo o hay temor a la rapiña.
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Los huracanes suelen ser letales y costosos y con la desaparición del Fondo Nacional de Desastres (3 mil 800 mdp) aumenta el riesgo de que los afectados vivan entre los escombros mientras llega la ayuda gubernamental, tal como sucedió con las últimas inundaciones de Tabasco donde los reclamos de la gente al presidente de México fueron legítimos.
El país no está para gastos innecesarios como una revocación de mandato que costará más de 3 mil mdp o festejos del 15 de septiembre de 35 millones de pesos. La prioridad es salvar vidas y atender la emergencia, no con abrazos ni buenos deseos sino con dinero constante y sonante.